domingo, 22 de junio de 2008

Caramelo celeste

Suspiro en la noche
que se adueña
de lo más hondo
de mi ser,
que hoy te pertenece
por derecho.

Surjo de la nada
para ser en ti,
dentro de esa magia
que me quita y pone
la respiración
a un ritmo impensable.

Duermes en la soledad
de la experiencia
que es lo que soñamos
cuando todo
era ese igual
largamente perseguido.

Me tomo esa pastilla
que alberga
tu nombre y tu medicina,
que sabe a caramelo
y que suena a celeste.

Juramos un amor eterno
que siempre estuvo ahí,
y que hoy reconocemos
por todos los flancos.

Hemos sido con ternura
mientras nos decimos
todo lo que podemos hacer.
Te pienso mucho.

Juan Tomás Frutos.

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