martes, 17 de junio de 2008

Como la vida misma

Avistamos un pronóstico
de vivencia superior
que nos nutre
de los mejores efectos,
que los tenemos.

Hemos agudizado
el ingenio singularizado
con un buen humor,
que lo tenemos;
y luego, como antes,
somos, o lo intentamos,
y pedimos tanto
como precisamos
para una gloria
de amistad profunda.
Nos hemos emparentado
de guisos que son besos,
de besos que son exponentes
de las amistades
que nos rodean.

Hemos plantado cara
al destino con fortuna
y algo de duende.
Nos hemos encariñado
con algunas emociones
caracterizadas como sinceras,
que las tenemos
para cuando hagan falta.

Nos damos un poco
de más carácter.
No necesitamos
que las cosas se saquen
de un quicio
que tiene puerta y de todo.

Nos quedaremos
en el vacuo anhelo
de lo perseguible
y poco más.
Ya te digo.
Las astucias hacen pensar
en un claro anonimato
desde el cariño
que hemos de expandir
como la misma vida.

Juan Tomás Frutos.

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