lunes, 23 de junio de 2008

Las razones del corazón

Vivimos como presos
de unos éxitos
que no son salubres
por elevados
a demasiadas enésimas
potencias.

Nos congratulamos
por las exactitudes
que nos procuran
esa lógica
que nos acelera
las posturas
más comprometidas.

Hemos asustado
a esos seres
que nos envuelven
con sus papeles
de heridas abiertas
por años de sentimientos
no controlados.

Suenan las sirenas
que nos ponen
en alerta
ante el temor
que nos puede.
No podemos vivir
de conceptos
que nos superan.

Los seguros no sirven
cuando hablamos
de amores.
Éstos llevan
sus propias dinámicas,
que suben y bajan
en función de comprensiones
algo externas.

No te puedo contar
de fines sin entendimientos.
Gobernamos algunos
aspectos internos,
pero no todos.
Tampoco es aconsejable
que entendamos el corazón,
sobre todo cuanto tiene
sus propias razones.

Juan Tomás Frutos.

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