martes, 7 de octubre de 2008

Entrevista a Marina Delgado

La Madre wichi a quien le robaron su hijo.

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Escrito por Lic. Marta Juárez - antropóloga

www.nortedelbermejo.com.ar

martes, 18 de abril de 2006

Esta es la Historia de una madre wichí a la que le robaron su hijo

En este 19 de Abril, Día del Aborigen les contamos la historia desgarradora de Marina Delgado, una aborigen wichí a quien le arrebataran su hijo al nacer hace veintisiete años, tiempo en el cual no cesó su búsqueda de la Verdad la que encontró aunque no puede contarla a su hijo, hoy un profesional de familia acomodada residente en Salta Capital.

 

Elegimos la historia de Marina porque ella es el símbolo de tantas otras marinas madres indígenas a las cuales les arrebataron todo, pero por sobre todo la palabra, la luz de su Verdad, de su realidad que permanece a oscuras pese a que el caso está hace años en la Justicia. Reproducimos la entrevista que tuvimos con ella.

 

"Me llamo Marina Delgado, soy wichí, clase 44. Mi casa son 4 chapas que el año pasado me ha regalado la muni, así que con eso nomá me tapo… son cortitas, alcanzan para una camita nomá.


"Me llamo Marina Delgado, soy wichí, clase 44. Mi casa son 4 chapas que el año pasado me ha regalado la muni, así que con eso nomá me tapo… son cortitas, alcanzan para una camita nomá.

Vivo en Misión Km 6 desde hace 5 años. Antes estado en Mosconi como 20 años en Misión Wichí. Estaba con Margarita Filipini… ahí mis hijos han ido a la escuela hasta que se han hecho grandes… las mujeres están grandes, ya tienen sus hijos y ahora me siento abandonada de parte de mis hijos…

Una hija vive en Tonono, la más menor. Yo tuve o hijos, pero un hijo me han quitado por ahí hará como veintisiete años. Yo me acuerdo muchos años han pasado con mucho sufrimiento de mis familiares, de los que no son familia… yo me sentí muy abandonada de mi vida y después de eso yo no quería saber más de mi familia. Me separé porque yo no perdoné nunca a mi marido que dejara que se lleven a mi hijo.

Ese chiquito, mi hijo, yo te cuento porque Dios es la Justicia… ¡tantas cosas que hay!...

Yo vivía en San Benito, de aquí a unos 14 km casi. En ese momento San Benito era rico, tenía cultura del maíz, anco, zapallo, animales, vacas, chanchos… ¡hay tantas cosas!... vehículos, tractor, rastra para la cultura de la tierra. El cura tenía vehículo Mercedes Benz y las mujeres hacían trabajo de artesanía, vasija, tejidos, de todo hacían en la misión…

El cura se llamaba Leopoldo Martínez y en ese momento yo tenía mi hija Modesta, ya tenía mi hijo Germán, ya tenía Tomás, que hace poquito se murió en Mosconi. Era alcohólico, dice que estaba cargando caños grandes y se amaneció muerto, pero yo no entiendo… no se. Yo tenía también a Enrique y siguió después ese chiquito que le cambiaron el nombre y que ahora se llama “Niko”. La gente que lo tiene le ha puesto ese nombre.

Bueno ese día, ese tiempo estaba el médico que viene de Catamarca. Había monjas, había mucha gente que viene de todos lados, de Córdoba, de Salta, Jujuy y ellos tenían radio grande que se comunican a todos lados para pedir ayuda.

Mi marido no era cacique, era encargado de la misión. Se llamaba Ceveriano Rufino. Su papá era el cacique y se llamaba Severino Rufino. En ese momento mi vientre tenía como ocho lunas y me gustaba palía. Yo iba a mi cerco, paliaba porque yo tenía sandía, anco, melón y yo no quería que los yuyos lo tapen y por ahí a las 4 de la tarde me voy al cerco para hacer limpieza. Pero yo estaba embarazada. Casi una semana me estoy yendo a mi cerco. Llevaba pava, azúcar, yerba, porque yo no quería volver a mi casa por la distancia. Así que yo hago como un campamento. Yo hago como una cocinita. Yo como con los otros chicos mis hijos, que era ya más grandecitos, porque a ellos también les gustaba de trabajar. Y bueno a eso de dos semanas yo he vuelto a mi casa propia y amanecía y me dolía mi vientre ya. Me agarraba fiebre y calambre. Yo estaba diciendo a mi esposo ¿qué será, me siento muy dolorida?... tengo calambres y fiebre. Y dice el

_ Bueno, vamos a ir a médico.

Y yo no quería venirme a ver médico, hasta que me he compuesto solita. Tres días yo he estado bien. Yo pensaba que me recuperé. Pero no ha sido así. Después era día viernes a la noche y cuando me levantaba yo botaba líquido, pero ya tenía de nuevo calambre y me dolía mucho en la parte de atrás de la cintura. Y yo le digo a mi esposo:

_ ¡Prepárame la cama, parece que el chiquito va a venir nomá! –
_ Quiere que vaya a buscar al cura para que vaya al Hospital, me dice.

_¡NO! – le digo. Yo no quiero ir al Hospital, yo quiero estar en la casa nomá. Como yo siempre tengo mis hijos. En la casa nomá.
Y bueno, el acomodaba la cama, ahí nomá sobre colchón y cuando me acosté ahí ha salido el chico, pero se queda trancado de la cabeza y de los pies parece que se volvía dentro de mi. Entonces agarra mi marido el chiquito y lo acomoda y lo ha puesto bien, después ya no me acuerdo más. Ha sido que yo estaba descompuesta y después mi marido lo acomoda y le pone su ropita, pero yo no tenía vida ya.
Y lloraba mi esposo, decía: - Ya está terminando mi esposa – y yo era jovencita.

Al amanecer llegado el cura, le ha visto el chiquito, le agarrado en sus brazos y se lo ha llevado a la pieza de él. Y dice el médico de Catamarca, yo le llevo a Marina al Hospital, porque estaba bien grave. Y cuando yo llegaba al hospital me han dejado tirada y yo me acuerdo muy bien me ha atendido el Dr. Ávila. Y dicen que allá en la comunidad hacían misa para que yo viva.

Casi tres meses yo estado internada. Hasta que viene mi hermana, ha llegado del Km 6 (ella ya no existe ya fallecido mi hermana) y me dice: - Marina, yo te llevo a la comunidad porque allá usté se va a curar y me saca, sin pedir orden de médico, ellos parecían que me estaban secuestrando ya toda mi familia y me han sacado nomá. Y yo no daba más, pirque aquí en mi mente parecía que no hay nada. Me llevaron de vuelta a Km 6, a la casa de mi hermana y de ahí me empezaron a curar y casi a una semana ya me recuperé, y yo estaba caminando ya.

Ya me siento bien… y cuando era la una de la tarde, me estaba yendo a la casa mía ya. Ya no siento mareo. Y bueno ha vuelto a la casa en bicicleta con mi marido. Pero la falla más grande era mi marido porque no me quería avisar que había pasado con el chiquito y por eso yo tenía mucho problema después en mi matrimonio, porque yo separé de mi marido. Le digo, vos sos culpable porque NO ha cuidado mi hijo… ¿por qué … por qué puede ser así?...

Marta J. _ ¿Y qué había pasado con tu hijo?

Marina D: _ Dice que estaba en la pieza del cura, estaba en la hamaca cuando yo estaba mal. Así me han avisado la gente de la misión.

Bueno, a la una de la tarde nosotros estábamos regresando a mi casa en San Benito y antes de llegar a la Finca de los Gallos yo he topado el camión grande de ese cura Martínez y cuando me ha visto, se ha bajado y dice:

_ Bueno doña Marina, aura vos estás sanita.

_ Sí –digo yo. Gracias a Dios aura estoy yendo a mi casa y yo digo ¿Y el chiquito?

_ No Marina, aura estoy yebando al hospital para hacer control médico porque parece que el chiquito está con resfrío. No te preocupe, ya va a volver a la tarde.

Y cuando llegué a mi casa, yo hacía muchas cosas porque tenía muchos animalitos. Bueno estoy ahí y a la tarde ha llegado el vehículo

_ ¿Y el cura? – yo pregunto.

_ El cura se ha ido a Córdoba a llevar artesanías y se ha llevado nomá al chiquito, dice que lo lleva a Córdoba.

_ No se – digo yo. Si me ha dicho que aquí a Tartagal noma iba a llevar hacer contro médico. Y así no apareció más.

Se van los años… se van los años… se van los años… y hasta el día de hoy no volvió mi hijo a mi casa…

Marta J.: _ Pero vos te enteraste quien es tu hijo, verdad?

Marina: _ Sí, al último, porque yo peliaba a mi marido.

Marta J. – Y qué había pasado Marina

Marina: _ el chiquito a mi me han enterado, cuando cumplió como un año, no se no acuerdo muy bien, porque ese momento me sentía como loca, que ha perdido a mi hijo. Yo confieso todo mi boca. Yo no podía comer. Yo no podía dormir. Yo digo por qué la gente que ha visto mi hijo que lo ha llevado lo dejaron llevar?...

Bueno, yo estaba llorando ahí y justo ha llegado un campesino, es bien amigo de nosotros, pero son vecinos, bien vecinos y me dice:

_ Doña Marina sabe yo he ido con cura cuando usté estaba en el camino yo he visto, pero ahora te aviso Marino, pero sabes, el cura nos ha dicho, ustedes no cuenten nada a Marina. Así ha dicho la voz de ese chico que ha visto que lo han dejado al chiquito ahí en esa casa.

Marta J. - ¿A dónde?

Marina: - en otra casa. Y dice, bueno ahora ustedes tenés que acompañá porque voy a la casa del Dr. Esteban Sgardelis, vamos a dejar al chiquito, porque a esa gente se les ha muerto su crianza (su hija) y la señora está enferma y quiere otro chico. Yo no quiero que se muera la señora, por eso yo le voy a dejar este chiquito. Así me ha dicho ese chico. Yo no conocía ese tema… yo no sabía nada. Pero por qué, yo me decía sí.

Bueno, me dice aura te aviso, el chiquito no está en Córdoba. Yo he visto que cura ha dejado ahí, ¿Sabe donde era?...

¡Frente a Mazzocato, adonde vivían los Pastores que se llamaban Felipe. Esos pastores alquilaban esa casa. Todo el mundo sabe que era casa de los Pastores. Así que yo le llamaba a mi marido, a mi cuñada y yo, era tres, pero a mi me dijo:

_ Marina, pero no me nombrés a mi que yo te estoy diciendo. Porque ellos le decían que no cuenten eso a nadie.

Marta J. – Marina, ¿hablaste alguna vez con tu hijo?

Marina: NUNCA

Marta J. _ pero lo conociste, verdad?

Marina: _ yo he visto nomá a la distancia. El médico que lo tenía confesó antes de morir ante mi. El decía:

_ Bueno Marina, quédate en paz porque tu hijo ya está grande. Ese chiquito verdad, ha venido de manos de un sacerdote que se llama Padre Martínez, así que quédate en paz.

Marta J. _ ¿Vos creés que tu hijo conoce la Verdad, que el es un wichí y que su madre vive?

Marina: _ NO, yo pienso que No… yo pienso que NO…

Lic. Marta Juarez
Tartagal - Salta (Argentina)
19 de Abril de 2006 –

(los comentarios atroces que me dejan en esta nota eximen de todo comentario)

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