viernes, 13 de marzo de 2009

"El armario de Abdou"


En pocas semanas, dos o tres según tengo entendido, se publica un libro compuesto por algunos de los mejores relatos de nuestro compañero de clase Gonzalo G. Montoro. Se titulará “El armario de Abdou”, recibiendo el nombre del primer relato que incluye, y formará parte de la colección “Biblioteca del Tranvía” que se reparte gratuitamente en el transporte público y en los 45 ayuntamientos de la Región. Por norma general no me adentraría en la delicada labor de opinar sobre el trabajo de un compañero, pero en este caso no me supone ningún tipo de duda moral el afirmar que se trata de un trabajo de calidad y que os lo puedo recomendar a todos, al menos en el porcentaje que lo conozco.

A Gonzalo lo he tratado directamente lo justo, en los cambios de clase y en alguna ocasión en la que hemos podido hablar más tranquilamente, pero si queréis información sobre él o leer las reseñas de libros que hace, podéis acceder a su blog (http://aguasdeceniza.blogspot.com/). De éste he extraído algunas recomendaciones literarias muy interesantes y en él pude descubrir tres de los relatos que se van a publicar (actualmente éstos han sido retirados de la web, supongo que por cuestiones editoriales).

El primer relato que leí fue “La llegada” y en seguida pensé que no era una narración al alcance de cualquiera que tuviera la misma idea, la misma inspiración y decidiera sentarse a escribirlo con las mismas energías. Decididamente, tras una segunda lectura, corroboré que se trataba de una "pieza" extremadamente mimada con una técnica que solamente se puede desplegar tras años de trabajo y errores; en una palabra: artesanía. No os voy a revelar el argumento, pero sentí alivio al descubrir a un joven escritor que huye de las facilidades de la circularidad por la circularidad, de la infundada moralina social y de las historias tramposas con abruptos giros finales; tres modalidades del "arte para follar" inferidas de los primeros melenudos que tocaban la guitarra en la playa.

En segundo lugar, siguiendo mi habitual orden anárquico, me adentré en “Aguas de ceniza” que, según comentaba el autor, creo que es una de sus primeras creaciones. Ese carácter primerizo se nota, no os voy a engañar, es un relato con miras más altas que las herramientas con las que se acomete. Se nota cierto desequilibrio, que seguramente no hubiera percibido sin compararlo con otras de sus obras. No es, por el contrario, un texto del que huiría, ni mucho menos. Creo que en la frescura de los principios uno puede observar en bruto muchas de las virtudes del escritor y, por ello, me he alegrado al saber que lo incluye la publicación, pues permitirá hacer al lector una radiografía más completa de Gonzalo como artista.

En cuanto terminé “Aparcamiento” supe que había disfrutado, pero disfrutado de verdad, disfrutar en el sentido de que disfrutas y te dices “no siempre que pienso que disfruto, disfruto así” (cuando lo leáis a lo mejor pensáis que soy masoquista). En esta ocasión, las lecturas posteriores obedecieron a la mera satisfacción de manosear las palabras e involucrarme en el ritmo de las frases. No exagero cuando os digo que me recordó al mismísimo Raymond Carver. La sencillez, la familiaridad, la amplificación racional de los sentidos, el ritmo ajustado a la necesidad y, por encima de todo, el triunfo de la cultura voyeur en el género del relato, extrayendo hasta la última gota mágica de la vida cotidiana, son sus máximos exponentes y a mi entender no es poco, es un regalo de diez minutos.

¡¡¡Felicidades para Gonzalo G. Montoro y para nosotros que podremos disfrutar de su libro en breve por 0€!!!

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