jueves, 27 de marzo de 2008

DESINFORMACIÓN VS PRECARIEDAD

Se aguantan todo tipo de horarios, trabajos y vejaciones diversas por la inventada vocación que te inculcan desde que pisas la facultad, se tiene que oír o leer que los medios son de "desinformación", que los periodistas son unos sinvergüenzas, agobiantes y cómplices de los partidos políticos e intereses varios. Cuánta ignorancia! Ojalá un día, tan sólo un día se apagaran las señales de televisión, no hubiera periódicos, ni información en internet y la radio dejara de sonar como el rumor que te acompaña en el coche o en casa pero al que nunca haces caso. Seguramente algo se removería en las conciencias.
La tele y la radio son GRATIS, los periódicos valen 1 euro y no venden lo suficiente, internet también es gratis... ¿Cómo se financia todo este sistema de "desinformación" como dicen algunos generalizando injustamente?: con publicidad e influencia. Para mantener un medio privado con publicidad sólo, puesto que las audiencias (o lectores u oyentes) son mínimas actualmente, todo su espacio y trabajo tendría que dedicarse a la publicidad. Por lo que se recurre a la influencia: para llevarme el pan a la boca tengo que llamar la atención porque no me queda otra, y eso se hace con la crítica, hasta que llega la lamparita mágica de los partidos y acallan sus voces con la censura previa o apropiándose de los medios. Pero este es sólo un lado de la balanza, la empresa, el medio.

En el otro estamos los periodistas, los que se llevan los palos, una de las profesiones con más precariedad laboral y condiciones inhumanas. El tema es que nadie se manifiesta ni se une por temor a ser despedido o a las represalias del medio. Nadie sabe el poder que tenemos todos juntos. Ay! si las redacciones se quedaran vacías....


Hace unos meses se firmó el MANIFIESTO ANTE LA PRECARIEDAD DE LOS PERIODISTAS
Madrid y Barcelona, 3 de diciembre de 2007

Donde...
Las organizaciones de periodistas que firman este manifiesto alertan sobre la creciente precariedad laboral que perjudica el ejercicio del periodismo en España. El deterioro de las condiciones profesionales de los periodistas afecta a su dignidad y también a la calidad de la información y, por consiguiente, de la democracia.
El periodista no se debe sólo al medio de comunicación en el que trabaja, debe atenerse también al mandato constitucional de ofrecer información veraz a los ciudadanos. Para ejercer esta función el periodista necesita condiciones básicas de dignidad laboral y profesional porque contratos y retribuciones por debajo del umbral de la dignidad, no permiten ejercer un periodismo libre, crítico y riguroso.
El reciente crecimiento de medios en prensa, radio, televisión e Internet amplia las oportunidades de trabajo de los periodistas. Pero muchos puestos de trabajo son precarios y con retribuciones mínimas, lo cual impone un largo y penoso proceso de inserción profesional, desde la titulación hasta lograr un contrato estable. Hay casos lacerantes de jóvenes que dejan una asignatura pendiente para poder continuar en algunas redacciones como becarios con seguro escolar.
La precariedad se manifiesta también en la figura del colaborador, las más de las veces sin contrato, sometido al editor que encarga trabajos a su conveniencia, como perverso y abusivo sistema de méritos para, algún día, obtener un contrato de redactor. La retribución de las colaboraciones suele ser tan arbitraria como escasa.
Hay casos en los que para cobrar las colaboraciones se exige acreditar el alta como autónomo en la Seguridad Social, para lo cual el periodista se da de alta días antes de presentar su factura y de baja poco después, ya que los ingresos por colaboraciones apenas alcanza para pagar la cotización mínima. Y quienes sufren estas anomalías pasan por ellas para, quizá, conseguir un contrato.
Son situaciones que suponen competencia desleal frente a los medios que retribuyen razonablemente el trabajo de los periodistas y que cumplen la normativa laboral. Por eso consideramos que estos medios deberían estar interesados en denunciar y acabar con los abusos.
Cuando estas situaciones de precariedad se alargan conducen al abandono de la profesión, a la frustración de las expectativas de los miles de licenciados que cada año se titulan en las 33 facultades con estudios de periodismo y comunicación en España.

La precariedad no afecta sólo a los periodistas más jóvenes, algunos medios de comunicación reducen costes con la sustitución de periodistas con experiencia y derechos laborales reconocidos, por recién licenciados con más vulnerabilidad laboral y profesional. Las redacciones pierden experiencia y capacidad, lo cual empobrece la calidad de los medios y deteriora la independencia de los periodistas.
Por todo ello:
Apelamos a los editores para que revisen los procedimientos de contratación y ajusten los contratos de prácticas, becas y los temporales al más exigente cumplimiento de las normas laborales y a una organización leal y profesional de las redacciones. Les proponemos negociar un Acuerdo de Buenas Prácticas Contractuales con los periodistas, que pasaría por un cuadro de honorarios y condiciones mínimas orientativas para becas, contratos en prácticas y colaboradores.
Apelamos también a las administraciones públicas para que establezcan como condición de obligado cumplimiento al contratar publicidad, conceder cualquier tipo de subvención u otorgar o renovar licencias, la presentación de una declaración de cumplimiento riguroso de las normas laborales y mercantiles vigentes. Y a la Inspección de Trabajo para que detecte y sancione las malas prácticas laborales en las redacciones.
Las entidades que representamos a los periodistas en España reiteramos el llamamiento a la sociedad para que tome conciencia de que una información de calidad, vital para la democracia, precisa de periodistas que dispongan de unas condiciones laborales dignas y decentes.


Estoy de acuerdo con este manifiesto pero me gustaría que todo no quedara en una simple declaración de intenciones y que se concretaran acciones para superar esta situación. Para cambiar los prejuicios de la gente, hay que hacerles ver la realidad: que SU DESINFORMACIÓN ES POR CULPA DE NUESTRA PRECARIEDAD.
Por desgracia, los principales culpables de la precariedad laboral somos en parte los periodistas (e incluso los estudiantes) que no nos atrevemos a plantar cara por puro egoísmo (en algunos casos) y cobardía (en muchos otros). ¿Así es como pensamos denunciar las injusticias que se cometan en el mundo? Más que nunca: En casa de herrero cuchillo de palo...

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