Ejecución en Saigón
"El coronel asesinó al preso; yo asesiné al coronel con mi cámara"
Eddie Adams (1933-2004), fotógrafo de guerra, fue el autor de esta instantánea que muestra el asesinato, el 1 de febrero de 1968, en el segundo día de la ofensiva del Tet, por parte del jefe de policía de Saigón (el general Nguyen Ngoc Loan), a sangre fría, de un guerrillero del Vietcong, que tenía las manos atadas a la espalda, justo en el mismo instante en que le dispara a quemarropa en la sien.
Adams, fotógrafo de Associated Press, estaba allí. Había sido corresponsal en 13 guerras y recibió un premio Pulitzer en 1969 por esa foto. Le afectó tanto emocionalmente que se reconvirtió en fotógrafo del mundo rosa.
La imagen se convirtió en un símbolo de la guerra y, de alguna manera, fue adoptada por los grupos pacifistas que se oponían a la intervención norteamericana en Vietnam. Representaba todo lo que estaba yendo mal en el sureste de Asia, la incapacidad de EEUU por controlar a un aliado, Vietnam del Sur, tan sangriento como el enemigo del norte, y la brutalidad de un conflicto que, como todas las guerras civiles, estaba degenerando en un ciclo de venganzas sangrientas.
Sin embargo, el autor de la foto no estaba de acuerdo con esa interpretación. No es que justificara la acción del general, pero sabía que las circunstancias personales del verdugo y su víctima no permitían juicios de valor simples.
El ejecutado había asesinado a un amigo del general Loan y también había matado a la esposa de ese amigo y a sus seis hijos.
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La fotografía adquirió un valor como símbolo que estaba muy alejada de las intenciones de su autor. Había dejado de ser suya para convertirse en patrimonio de lo que cada uno creía ver en esa foto. Como ocurre muy a menudo con las grandes imágenes de la historia del fotoperiodismo.
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Loan también encontró asilo en EEUU y terminó sus días como propietario de una pizzería en Washington, siempre fue víctima de aquella imagen y no tuvo mucho éxito en los negocios que emprendió, pues siempre era relacionado con el fatídico momento.
Años después, Adams visitó a Loan y el ex general le dijo: "Usted estaba haciendo su trabajo y yo, el mío".
Durante el resto de su vida, Adams pidió perdón al general Loan y a su familia por los daños causados.
Cuando el general murió, en 1998, Adams envió flores a su familia y una nota: “Pido disculpas, mis ojos están llenos de lágrimas”.
Adams murió en 2004.
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