Soñar es hoy dormir,
es quedarse
entre el todo y la nada,
con la voluntad
desgarradamente creadora.
Mientras, tú te vas
a ninguna parte,
aún antes de conocerte.
Mientras, me quemo
en ese todo
que avanza sin dar
respuestas a mis dudas.
Junto mis deseos
a los tuyos
en esta jornada
de catástrofes en lo amoroso
y en la que mis miedos
me vencen
para que, al final,
te escapes
de todo cuanto imaginé.
Despierto por un instante
para saber
que el gozo
es señal de una elucubración
entre fracasos
que destierran la felicidad
a la que, ambos,
tuvimos derecho.
Hoy confío en el milagro
de tu presencia,
que será de algún modo.
Será.
Juan T. Frutos
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