lunes, 9 de junio de 2008

No al silencio, no a las bombas

Texto enviado a José María Esteban, director de La 
Verdad, tras el atentado que sufrió la rotativa de "El Correo"

Utilizan bombas los terroristas para que los periodistas guarden un silencio forzado por la violencia, para que vivan en el temor. Quieren, los terroristas, que nos callemos, para que nos dediquemos a otra cosa, o, cuando menos (eso intentan forzar), para que el ejercicio de informar sea como y cuando ellos quieran. No creen en la ciudadanía, no creen en la sociedad, no creen en el pluralismo.

Tratan de amilanar voluntades, quieren quitarnos el destello, desean ofender la razón de las palabras con la sinrazón de la fuerza, de la violencia. Está claro que no creen en la soberanía ciudadana, que no piensan en nadie, solo en ellos.

La base de una sociedad democrática es el derecho a discernir, a pensar de otro modo, es el derecho a tener ideas plurales de convivencia, a tener opciones y que cada cual elija la que desee, es el derecho, convertido en necesidad imperiosa e insoslayable, a vivir en paz, en concordia, desde el respeto. No hay lugar para las armas, no hay sitio para las agresiones, no lo hay.

Ninguna forma de violencia puede ser aceptada. Nunca. No debe haber fisuras al respecto. Además, cuando la violencia se ejerce contra un medio de comunicación se ataca, bárbaramente, miserablemente, a la sociedad misma, a su derecho a estar informada, a su derecho a saber con sosiego, con calma, de manera equilibrada, lo que sucede. No olvidemos que el derecho a la información es de los considerados fundamentales de cuantos hay reconocidos por la Constitución. Los terroristas sí olvidan, no quieren saber de los principios democráticos.

A ellos, a los asesinos, les da igual el trabajo de los que creen, de los que creemos, que la fuerza verdadera está en la palabra, en la comunicación entre los seres humanos. Los que han defendido regímenes totalitarios siempre han atacado a medios informativos y a sus profesionales. Por desgracia, no es algo nuevo. No olvidemos estos ejemplos, y recordemos que en la unión está la fuerza, la fuerza de la palabra, de todos los ciudadanos y ciudadanas de bien que tienen, que tenemos, derecho a una vida feliz, a ser dichosos, unos sentimientos que nunca vendrán con las armas.

Compañeros y compañeras, no nos harán callar. Sí a la democracia. No a las bombas, no a la violencia, no a las agresiones. La paz es el camino. Los periodistas seguiremos siendo los portavoces de tal mensaje. Ésa es nuestra maravillosa labor.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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