Sueño con ser,
con vivir,
con entregarme a la razón
subjetiva del amor,
que hoy hermosea
como nunca.
Llamo a la calma,
a la no agonía,
a la existencia plena
en tus carnes,
a mi visión correctora
de todo mal.
Hemos vivido
en el placer
que nos invita a tener,
a saborear lo poco
y lo mucho
que surge
con posicionamientos
y creencias.
Nos tenemos
para tocarnos
la mejor de las melodías,
y aterrizamos
en la arena de una vistosidad
absoluta, legible.
Te quiero
porque te tengo
cerca, en mí,
por ti,
y subrayo todo lo que es
destreza entrenada
con besos azules.
Te digo
qué es el amor,
y luego repetimos
nuestros nombres.
Juan Tomás Frutos
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