Vislumbramos emociones
que nos aclaran
qué podemos hacer y qué no.
Nos maravillamos del mundo
desde la perspectiva
que nos envuelve
con el mejor papel de colores
que sabe a felicidad
pendiente de ser compartida.
Nos hemos dedicado
a encauzar los mejores
deberes con recortes
que son y serán asuntos
sin ningún género de excusa.
Tendríamos que asumir
menos beneficios y más tiempo
para ser nosotros mismos.
Navegamos
por lugares diferentes.
Recortamos sanos deseos.
Despuntan nuevos días
que hemos de estirar
hasta que sean
unas fechas históricas
sobre las que poder apuntalar
los instantes que haremos
bases del nuevo sistema
de coherencias que tanto precisamos.
No recordamos nada
que no sea nuestro.
Juan Tomás Frutos.
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