Razono
a través de tu vida,
que surge sin prisas
en la mía.
Me rodeas
con esas ideas
que me configuran
de otro modo.
Soy yo de nuevo.
Adquiero la identidad
de quien fui.
Has descubierto
lo que puedo,
lo que entiendo,
lo que seré
gracias a tu intercesión,
considerada providencial.
Rescatas
lo que pudo ser,
que ya se comprende.
Has sido fundamental
en mi existencia,
que ya adquiere
una deuda
que pagaré
con una entrega total.
Es, otra vez,
esa mañana,
ésa en la que fuimos felices,
y a la cual regresaremos.
Ya no estamos solos.
Juan Tomás Frutos.
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