viernes, 16 de enero de 2009

Entrevista a ... (Antonio Parra Pujante), por Ana Moratilla

ANTONIO PARRA PUJANTE
“Tengo una doble vida como periodista y filósofo”.
Profesor de Ética y Deontología profesional en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Murcia. Autor de diversos artículos y libros relacionados con los medios de comunicación como “De la prensa a los grandes medios de comunicación”. Periodismo y verdad”.

Cuando le plantee al profesor Parra la entrevista, percibí un gesto de inquietud e incluso de alarma, ¿Cómo puede ocurrirle esto a un periodista? me pregunté, enseguida lo comprendí; no es lo mismo estar a un lado u otro de la mesa, el examinador examinado, el médico paciente, entonces recordé situaciones entre periodistas conocidos y, que todos hemos podido ver en televisión, en las que la expresión del entrevistado no deja de ser sonriente pero en la que se aprecia una gran tensión y en las respuestas una actitud a la defensiva. El analizado conoce que existen multitud de habilidades que se pueden poner en práctica para llevar la entrevista a los campos que no estaba en el interés del entrevistado entrar.

No obstante cuando le dije que si bien se trataba una entrevista personal, quería que me hablara de sus reflexiones sobre la observancia de la ética en periodismo, todo cambió, se sintió motivado e inmediatamente estuvo dispuesto a fijar la cita.

Profesor de varias asignaturas la Facultad de Comunicación de la Universidad de Murcia, entre las que se encuentra la de Ética y Deontología, en cuya docencia, él vuelca todo su contenido emocional docente.

Nos recibe en su despacho de la Facultad, una estancia pequeña y casi espartana en su decoración, solo unos muebles de haya, un teléfono y un ordenador sin encender. Apenas hay unos cuantos libros en la estantería, lo que nos lleva a pensar que no se trata del lugar de trabajo habitual, los folios y libros que porta bajo el brazo y que recoge al finalizar nuestra visita, nos lo confirma.

Su aspecto es el de un hombre bohemio, que se siente obligado a vestir de manera formal en el ámbito académico.


Del periodismo a la filosofía

Nos cuenta que inició su vida profesional en el periodismo escrito y aún hoy día lo sigue haciendo, sobre todo con columnas irónicas sobre situaciones sociales, flamenco y otras aficiones que este ilustre profesor alberga.

Más tarde, su vocación de escritor le llevó a cursar la licenciatura de filosofía, donde sustanció su gran preocupación por la ética en la información. Se pueden apreciar ambas vocaciones, en su tesis doctoral cuyo título Estatuto epistemológico de la información periodística, nos da idea de esta dualidad vocacional.


Los principios filosóficos y el buen periodismo

Seguidor sobre todo de Weber y de Kant, cuyas teorías las cree realmente aplicables al mundo del periodismo.

La gran preocupación de este profesor, es que las nuevas generaciones de periodistas aprendan a diferenciar entre la ética de la convicción y la de la responsabilidad. En esta teoría, Weber se expresó para líderes de masas, políticos y sindicalistas entiende que se puede extrapolar a los a los medios de comunicación, que son los grandes formadores de opinión. “Soy partidario de que el periodista tiene que tener en muy cuenta las consecuencias de su de su trabajo y aún siendo justo y veraz a veces debe moderar estos datos si el daño que puede provocar a las personas, es mucho más significativo que el hecho de dar un dato más menos, sobre todo cuando se trata de la vida privada o de la imagen de alguien”.

Además hay que citar a Kant, apunta el profesor, que ligaba la libertad del ser humano con la responsabilidad, él decía que el hombre tiene conciencia de deberes morales y que debe limitar su propia actuación en la vida y dice: “que haya un discurso interno en la profesión que haga que esté el que no cumpla las normas morales>, y añade que no debe ser un triunfador el que hace , y llega a la conclusión de que debe ser la propia profesión la que se autorregule.

“La verdad absoluta no deja de ser un mito”

Reflexiona sobre que ya nos dijeron los filósofos hermenéuticos, Gadamer en concreto que cuando se ve la realidad de lo ocurrido, esta mirada del periodista, siempre está condicionada por los prejuicios: personales de la cultura a la que se pertenece, la propia historia y experiencia además de otros condicionantes, lo que hace que esa realidad sea vista desde la perspectiva del observador; “la verdad absoluta es cosa de dioses” para añadir “tiene más que ver con la teoría del conocimiento, la veracidad es una categoría moral. Lo que el periodista tiene que tratar de ser es veraz.

El periodista debe ser veraz

Lo que se debe pedir al periodista, es que sea veraz, que contraste los hechos y los cuente con honestidad tal y como los ve él sustraído de sus propias ideologías.

Considera el profesor Parra, la importancia que tiene la observancia de la ética en cualquier profesión y en la de informador está entre las que más relevancia tiene y dice: “Pero eso no me hace ser ingenuo, yo se que no hay ética sin castigo” y añade que la moral va mucho más allá que la propia Ley, que “hay cosas que son legales pero son inmorales”, apunta que la moral y la ética, deben ir más allá de lo que marcan las normas, pero que muchas cuestiones de mínimos éticos no se cumplirían, si no estuviera presente la posibilidad de ser sancionado.

Los códigos éticos y deontológicos, por tanto son necesarios para marcar el camino por donde debe transcurrir la información, si bien los primeros que los debían aplicar, son los responsables de los medios, ya que no se le puede pedir a un periodista novel que “sea un héroe y un santo al mismo tiempo”, si las empresas no asumen los códigos morales, resulta muy difícil que sus trabajadores los puedan poner en práctica.

No obstante y aunque las cosas estén muy mal, sin los códigos de conducta, estarían peor y aclara que debe existir un testigo o persona que les pueda decir que “las cosas las hacéis mal, pero que sepáis que alguien os está mirando”

“No se puede acabar con la deriva que ha tomado la información”

Relata que Vargas Llosa decía hace algunos años, refiriéndose a esta prensa que hace presa en los famosos y los políticos, para airear sus vidas privadas, que frente a lo que se dice habitualmente que la cultura y la buena educación, acaba con eso, que no es cierto. En el Reino Unido donde este escritor ha vivido las últimas décadas, país con una tradición de cultura democrática mucho más antigua que la española, es donde más triunfan los tabloides, la prensa amarilla. Mientras aquí nos escandalizamos con algunos reportajes sobre la familia real, en Inglaterra, salen todos los días noticias sobre comportamientos de los parientes de la Reina Isabel, sin que ello provoque apenas sorpresa, ni debilite la Monarquía Parlamentaria.

“El morbo de contemplar las vidas ajenas, como si de una rendija se tratara, parece ser que forma parte de la condición humana, revive o renace por encima de la formación cultural de las personas”, eso debe tener ciertos límites y debe estar circunscrito a la prensa y programas de corazón.

Un filósofo defiende la prensa basura

Gustavo Bueno se manifestó como defensor de la prensa basura, lo que ocasionó un gran escándalo en los medios, por lo que el filósofo tuvo que matizar que su defensa se refería a la presencia en los medios de: las guerras, los niños negritos que pasan hambre y faltos de higiene se les rodeados de moscas y, otras situaciones desagradables pero que existen y la sociedad las debe conocer, pero que en ningún momento se había referido a esas historias frívolas, fabricadas por algunos programas e incluso que cuentan con la colaboración de los implicados –previo pago-.

Los grupos mediáticos se posicionan en política

Pero en la llamada prensa seria se ha producido en España, un hecho inaudito, igual que en la vida política, los grupos mediáticos se han separado en buenos y malos, defensores del PP o del PSOE. Es previsible cada medio como va a enfocar una noticia, se hacen más editoriales, hay bandos. “Los grupos de comunicación se han encargado de reproducir las barricadas políticas y esto es nefasto para la buena información, al final se hacen opiniones contrastadas, o lo que es mucho peor, insultos contrastados en lugar de informaciones”.

Las imágenes humanas destrozadas, una foto innecesaria

Las imágenes en primer plano de personas fallecidas y destrozadas por accidentes catástrofes, atentados terroristas u otros desastres, deberían evitarse en la medida de lo posible, apunta el profesor, ya que en la mayoría de los casos no aportan nada a la información y si se está faltando el respeto al cadáver y produciendo más daño a sus seres queridos.
Una foto innecesaria


Con motivo de los atentados en los trenes del 11M, “algunos periódicos mostraron una foto del rostro de una señora muerta a toda página, otros en cambio ofrecían una panorámica de todos los muertos, los trenes destrozados, la segunda foto era mejor a nivel informativo, mostraba el rostro más real de la tragedia y no se identificaba a nadie”.

Foto panorámica


La primera foto no añadía más datos y al contrario le quitaba contexto y hacía daño a los seres queridos de esa señora y eso hay que evitarlo. Las imágenes de las tragedias, hay que publicarlas, pero sin añadir dolor a las victimas.

La libertad de expresión

La libertad de expresión, es un derecho fundamental, no hay sociedad libre y democrática que no cuente con ella, pero como todo derecho no es absoluto, también tiene sus límites en cuanto se contrapone con otros derechos: el derecho a la intimidad, al honor, a la propia imagen etc., por tanto, no justifica todos lo comportamientos.


“En nombre de la libertad de expresión, no se pueden cometer atropellos”

“Me gustaría que se retornara a un periodismo informativo, lo más veraz posible, respetuoso con las vidas privadas y con lo que no aporta nada a la información y, por el contrario puede hacer daño a las personas, pero soy bastante escéptico”


El auto que ha resuelto la demanda de la hermana de la Princesa de Asturias, se corresponde con una demanda mal planteada que pedía la censura previa y no con sus derechos del respeto a la dignidad ya la propia imagen

Según el profesor Parra dice: “Yo diría que estaba cantado, hace días lo hicimos en clase como tema de prácticas lo que iba a decir el Juez y llegamos al mismo resultado”. Y añade que, “la señora Telma Ortiz, está en su derecho a exigir que no se le persiga, que se le respete”, lo que es cierto, es que ella no ha elegido pertenecer a la familia más pública de España, es su hermana que si se tratara de ella, sería diferente. Por tanto, dice el profesor “ hay muchos límites que se han sobrepasado, al igual que con otras personas famosas. El error de esta señora ha sido su forma de plantearlo en los tribunales, ya que su petición consistía en una censura previa.

En España no hace tanto tiempo que se salió de la censura franquista, por lo que los propios jueces temen aparecer como que están limitando la libertad de expresión, aunque en nombre de esa libertad, se están cometiendo muchos atropellos.

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