miércoles, 15 de abril de 2009

Técnicas sociológicas del Periodismo de Precisión

Periodismo de Investigación

Por Felipe Julián Hernández



Al de precisión puede también denominarse periodismo riguroso, por las fuentes “irrefutables” de las que se nutre; lejos del periodismo de meras declaraciones, que siempre expresará valoraciones subjetivas, -cuyo interés se medirá en función de la personalidad y del prestigio de quien las formula, pero que pueden ser rectificadas por un interlocutor de igual credibilidad-, el de precisión sigue un método y ofrece el resultado de un trabajo científico.

También se le ha llamado Nuevo Periodismo, aunque este concepto no expresa lo que ya se acuñó en el periodismo norteamericano en la década de los 60, y cuyo más destacado representante fue Tom Wolfe, autor de un libro del mismo título. Aquel nuevo periodismo hacía referencia, básicamente, a la muy extendida aspiración de los profesionales de la información de, en el ejercicio del común oficio de las letras, pasarse, a la menor ocasión, al campo de la Literatura; la narrativa era la máxima aspiración de los periodista de la época, después de que hubieran sido testigos del éxito, medido en prestigio personal y en ingresos económicos, que habían alcanzado otros periodista tales como Ernest Hemingway, Dos Passos y Truman Capote.

La fe de la generación de Tom Wolf, y su confesado propósito de “retirarse a la cabaña” en la que en pocas semanas habrían de alumbrar la novela que les haría ricos y famosos, no lo dejaron para más tarde y llevaron al periodismo diario e impreso sus ansias de narrar, en creaciones que alumbraron un género nuevo, aunque no muy alejado del reportaje, que se denominó Nuevo Periodismo
Ahora, este nuevo periodismo al que se refiere José Luis Dader en su libro Periodismo de Precisión.(Ed. Síntesis, Madrid, 2002) no es aquel sino la “vía socioinformática de descubrir noticias”, como aclara el autor en el subtítulo. Se trata de una respuesta a la carencia de análisis riguroso en la observación de la realidad de la que ha hecho gala el periodismo convencional. El propio “Periodismo Científico” ha sido corrientemente la divulgación de procesos y de resultados de la investigación, de forma acrítica, y pocas veces un tratamiento de esa misma información con los criterios científicos que requiere la complejidad de los hechos.


El de Precisión, en definición de Meyer, es “la aplicación de métodos científicos de investigación social y comportamental a la práctica del periodismo”, siendo tales métodos, básicamente, el sondeo o encuesta de opinión, el experimento sociológico y el análisis de contenido. Añádase a todo ello las estrategias de búsqueda documental y el rastreo informático general de bases de datos, textuales o de listados alfanuméricos.

Pero una cosa es repetir acríticamente un cuadro numérico de resultados que proporciona cualquier fuente pública o privada sobre una determinada área de actividad, y otra una comprobación rigurosa de los métodos empleados. La estadística es una herramienta para este trabajo, aunque no la única. Tampoco el resultado del periodismo de precisión, que es una técnica y una actitud de trabajo, debe circunscribirse a la sección de “sociedad” de los medios sino que es igualmente adecuado para espacios como “medicina y salud”, “ciencia y tecnología”, “política”, “economía” o “deportes”.


Importancia del método


El pionero y principal teórico mundial del “Periodismo de Precisión” es el norteamericano Philip Meyer: el concepto de este nuevo periodismo, no obstante, lo acuñó Everette Dennis en 1971 al definir un trabajo realizado por Meyer. Éste ha denunciado que, “mientras los científicos sociales se han pasado la mayor parte del pasado siglo mejorando sus instrumentos de detección y medida rigurosa de la realidad social, los narradores para el gran público de esa misma realidad social han seguido discutiendo de grandes principios voluntaristas como libertad, objetividad y responsabilidad social, sin apenas revisar los métodos concretos de acercarse al conocimiento de la realidad en torno a la que se debate” (Dader: 10). La cuestión de los métodos “ingenuamente se soslaya”, se dice en una crítica al proceso en el periodismo tradicional de obtención, redacción y emisión de noticias en el que el concepto básico de método y las consecuencias epistemológicas de su fiabilidad y validez, suelen pasarse por alto, en ocasiones sólo sometidas a formas elementales y frecuentemente intuitivas de verificación. Y es que, según se explica, a los periodistas -con la justificación de que es también eso lo que interesa a sus audiencias- más que los procedimientos de elaboración seguidos por los sociólogos interesa los resultados; lo anterior son tareas “tediosas y desaconsejables” como el proceso de documentación informativa en archivos y otras fuentes.

Frente al “irreflexivo hiperactivismo de muchos periodistas”, el trabajo de José Luis Dader intenta convencer de que “la noticia bomba duerme a menudo en archivos, en listados de una base de datos y en estadísticas fruto de una investigación sociológica. Pero para detectarlos es preciso conocer unas técnicas y unos métodos. Esa es precisamente la característica del Periodismo de Precisión: el logro de un cambio de actitud y de perspectiva en la manera de mirar alrededor. La “falsación”, como explica Karl Popper, sería la comprobación de que el conocimiento logrado resulta más sólido que su negación. Y añade: “Lo que podemos llamar el método de las ciencias consiste en aprender sistemáticamente de nuestros errores mediante la discusión crítica”.

Tras una somera comparación entre el método científico y el periodístico tradicional de observación, José Luis Dador advierte que en la “predominante despreocupación periodística por la validez de sus métodos subyace una teoría mítica y prepotente sobre la definición cotidiana de la realidad, según la cual las informaciones obtenidas mediante sus rutinarias fórmulas de consultar a unas fuentes o de recolectar impresiones personalmente presenciales, constituyen una válida, suficiente y verdadera expresión de lo que resulta actualmente más relevante en los diversos campos del interés informativo”.

No obstante, como aseguran Weaver y McCombs, la adopción d esta nueva modalidad de periodismo por parte del periodismo tradicional ha tenido al menos dos fases: inicialmente los periodistas comenzaron a dar noticias obtenidas de informes elaborados por científicos sociales. En una fase posterior los periodistas aplicaron ellos mismos los métodos sociológicos; la primera coincidiría con lo que Hage y sus colaboradores denominaron periodo de análisis secundario o pasivo al que siguió la fase de método activo en la que ya los periodistas diseñan, planifican y realizan las investigaciones de las que más tarde informan, a veces con la consulta a expertos en los asuntos en los que su condición generalista no les permita actuar en solitario.


En concreto, precisión


No es extraño, como explica José Luis Dader, confundir el periodismo de “investigación”, con el de “precisión”, quizá por los estereotipos que hacen del primero un concepto más familiar y cercano. Y aunque no es lo mismo, sí comparten el espíritu, los objetivos prácticos y otros muchos puntos, aunque también responden a dos “ejes axiológicos diferentes” que les permite mantener su autonomía y producciones periodísticas a veces bien distintas.

El de “investigación” es un periodismo cuya finalidad es básicamente dar a conocer unos hechos cuyos protagonistas se esfuerzan en ocultar. La iniciativa de estas indagaciones corresponde al periodista más que a las fuentes, aunque no falten las “implicadas” o interesadas filtraciones; las “intoxicaciones“, no obstante, desnaturaliza el periodismo de investigación.

El de “precisión” comparte, pues, con periodismo de “investigación” que la iniciativa de indagar corresponde al periodista; la diferencia está en la utilización por parte del primero de nuevos métodos anticonvencionales procedentes del “arsenal metodológico de las ciencias sociales” tales como el análisis estadístico y el análisis informático. Y aunque esta documentación sea en algunos casos voluntariamente ofrecida por determinadas fuentes, con expresa identificación de las mismas, la comprobación de este tipo de documentación informativa requerirá “destrezas verificadoras” más sofisticadas que la mera intuición u oficio. Cabría, pues, definir al de precisión como una investigación periodística apoyada en métodos irrebatibles o al menos más precisos que el mero periodismo de declaraciones.


El efecto y la causa

Antes de referir cuales son las estrategias y metodologías periodísticas innovadoras que el periodismo de precisión ofrece, cabe decir que fue a mediados de los setenta cuando un grupo de periodistas de investigación norteamericanos comenzaron a aplicar nuevos métodos de búsqueda y confirmación de datos noticiosos. Así nació en EE.UU la Asociación de Redactores y Reporteros de Investigación (IRE), creada en 1975. Se trató, según explica James Aucoin, profesor de la Universidad del Sur de Alabama, de constituir una comunidad transversal de profesionales diseminados por todas las empresas periodísticas del país, que tenían el derecho y la posibilidad de crear su propio conjunto de técnicas de trabajo, susceptibles de ser compartidas y divulgadas mediante cursos específicos de formación o adiestramiento. Nace así la especialidad en el terreno de la práctica y en el ámbito académico.


The IRE Morge dispone de un archivo de más de 10.000 reportajes de investigación a los que se puede acceder a través de Internet y que son el fruto de la iniciativa periodística y no de una orientación empresarial. De tal forma que, como insiste Aucoín, el periodismo de investigación, y en este caso más específicamente de precisión, no es una mera sección temática, como el Medio Ambiente, Economía, Turismo y Política, sino que es “una práctica profesional específica”, portadora en consecuencia de unos conocimientos o destrezas específicas.

Por otra parte, el periodismo de precisión “descubre” aspectos de la vida social, económica o política, “ocultos” no tanto por el empeño de sus protagonistas en que no se conozcan cuanto por la incapacidad de un periodismo experto capaz de descubrirlos. En una ponencia presentada en 1979 por Michael Kirkhorn ante la Asociación Norteamérica de Enseñanza del Periodismo (AEJ) lamentaba que los periodistas “propaguen ideas que entienden mal y rechacen aquellas que suponen que no serán entendidas o toleradas por los demás. Los periodistas se preocupan de la actividad de los individuos que detentan puestos públicos y se olvidan de estudiar los antecedentes. Ven la araña pero no la telaraña”.

No fue éste el caso de dos periodistas del Philadelphia Inquirer, quienes del análisis estadístico de unas mil sentencias judiciales obtuvieron un conocimiento de la realidad que resultó incontestable y eficazmente fiscalizador: les permitió descubrir que las sentencias en casos semejantes variaban en función de la raza de los acusados. Este tipo de investigaciones periodísticas basadas en datos rigurosos muestran tajantemente una realidad social de interés informativo.

Sin embargo, cabe un nuevo matiz: sería un fraude conceptual y una extorsión empobrecedora de la nueva estrategia la mera identificación con la renovación metodológica del periodismo de investigación. Hablamos de la variante database journalism ( reportaje de rastreo en base de datos) cuyos autores basan el esfuerzo de sus investigaciones en la denuncia de irregularidades. Para ello ponen el énfasis de sus conocimientos en destrezas informáticas o electrónicas y no en conocimientos estadísticos o de metodología sociológica, cuando las características genuinamente distintivas del periodismo de precisión no apuntan a lo individual ni a desvelar conductas sino a la explicación de las tendencias socioculturales colectivas y anónimas que no por carecer de rostro dejan de influir en la vida de los ciudadanos. Es lo que Dader llama la “miopía social de los escándalos”. Por el contrario, las notas distintivas del periodismo de precisión son las siguientes:

-El objeto o protagonista de la información es prioritariamente un fenómeno o tendencia social, por encima de personas concretas o casos individuales.

-Se trata de identificar los indicadores que describan el tema o problema social objeto de análisis.

-Por encima de la inmediatez de la rabiosa actualidad, interesan las pautas predominantes de los fenómenos

-Las informaciones periodísticas admiten una planificación más sosegada sobre el momento de su divulgación.

-El reportaje de precisión no se limita a facilitar cifras sino que remite la objetividad de los datos a la transparencia de los métodos empleados.


Rutas para la precisión


El de “precisión”, como queda visto, atiende a la verificación rigurosa de datos y su aplicación a cualquier temática abordada en los medios y sea cual sea el ámbito geográfico de los mismos. También en la prensa local, porque no precisa recursos humanos y económicos excesivos y porque, aunque aparentemente sólo puede ofrecer asuntos irrelevantes, permite desarrollar proyectos de gran sencillez metodológica pero de indudable interés social.

Una primera y elemental forma de periodismo de precisión (Dader:48) consiste en contrastar y en poner en perspectiva las frecuentes referencias numéricas ( el 80% de la población, 8 de cada 10 consultados, etc) del discurso político y empresarial. El departamento de precisión del USA Today ya en 1991 asumía las funciones de asesorar al resto de la Redacción sobre la forma de valorar y contextualizar datos numéricos como los señalados. En España un lector de El País propuso en carta al director la creación de un “ombudsman estadístico” en referencia al lenguaje matemático de los periódicos.

Dader afirma que cada periodista, de forma individual, puede incrementar de modo notable su sensibilidad de “precisión”, pese a que los periodistas se consideran “de letras”; para ello nos recomienda dos libros de John Allen Paulos: El hombre anumérico. El analfabetismo matemático y sus consecuencias (1990) y Un matemático lee el periódico (1996), de cuyos métodos ya nos anticipa algunos ejemplos valiosos: la distinta resonancia sicológica que despierta la mención en términos absolutos o relativos de una magnitud. “Si se quiere realzar la seriedad de un problema – dice Paulos-, lo normal es que se hable de la cantidad de afectados a escala nacional. Si se quiere mitigar su importancia, lo más probable es que se hable del índice de incidencia. Así, si una persona de cada 100.000 tiene determinada enfermedad , a nivel nacional habrá 2.500 casos”. Los periodistas, todos, deberían conocer formas sencillas como ésta para evitar manipulaciones frecuentes.

Los censos de población, que se realizan cada diez años en nuestro país, son una fuente de interés para el periodismo de precisión. El de 1991, con Gobierno socialista, fue especialmente polémico con llamadas de algunos medios, especialmente ABC, según afirma Dader, a la “rebelión censal”, aduciendo el derecho de los ciudadanos a su intimidad. Los aspectos a incluir en la consulta es cuestión fundamental para conocer datos sociodemográficos y, en consecuencia, para la toma de decisiones en la dotación de servicios demandados. La posibilidad de que las encuestas puedan contener orientaciones sesgadas ha llevado a que, en algunos países, como en Gran Bretaña, el contenido del cuestionario del censo deba ser aprobado previamente por el Parlamento.

La aportación más destacada al periodismo de precisión ha sido la posibilidad de cruzar diferentes listados de información; es lo que ha dado origen al término database journalism al que ya nos hemos referido. En las bases de datos hay contenida mucha documentación, disponible en soportes informáticos, y es posible la localización de informaciones relevantes tales como las conexiones económicas de los parlamentarios de un determinado grupo político con sólo unas operaciones de rastreo.


Tema de estudio

Lo cierto es que el nuevo periodismo de precisión está modificando el perfil del periodista y los planes de estudio de las Facultades de Ciencias de la Comunicación. Pionera en la programación de estos estudios es el Missouri Institute for Computer Assited Journalism que fue dotado en 1992 con 300 ordenadores personales IBM conectados en red y equipada con instrumentos de rastreo. También programaba ya hace diez años cursos de estadística y métodos cuantitativos de investigación, asignaturas con carácter obligatorio u optativo.

Los grupos o conglomerados de prensa, especialmente los norteamericanos, han realizado un esfuerzo de formación de su plantilla de redactores en los nuevos modelos de investigación periodística, al tiempo que programan frecuentes cursos de puesta al día en estas técnicas por considerar que los conocimientos informáticos y estadísticos que adquieren sus empleados mejora la productividad de los mismos. Un periodismo local también puede sacar rendimiento a estos procedimientos que no requieren ni instrumentos ni conocimientos estadísticos complejos.


* DADER, José Luis: El periodismo de precisión. Vía socioinformática de descubrir noticias. Editorial Síntesis.Madrid, 2002

No hay comentarios: