sábado, 21 de enero de 2012

La pesadilla del Costa Concordia, una semana después

Verónica Pascual y Juan Manuel Lorente relatando su historia


Viernes, trece de enero. Nueve y media de la noche. Hace justo una semana que el Costa Concordia encalló cerca de la pequeña isla italiana de Giglio con más de 4.000 pasajeros a bordo. Verónica mira el reloj con angustia. A esa hora ella y su marido Juan Manuel se disponían a dar el primer bocado de un Risotto en el restaurante del lujoso crucero. “Cuando todo empezó a moverse y los platos comenzaron a caerse al suelo me sentí angustiada. Sabía que algo no iba bien”. Todo sucedió muy rápido, como en una película.

Verónica Pascual y Juan Manuel Lorente, la pareja de recién casados que disfrutaba de su luna de miel en el crucero en el momento de la tragedia, utiliza la palabra agonía para describir la noche que pasaron. La pareja no encontraba bote salvavidas para ellos, todos estaban aparentemente llenos. Sabían que si no encontraban un bote pronto, se acababa todo. “En esos momentos pensaba que el crucero se iba a hundir del todo, y solo tenía en mi cabeza que podía morir aplastada o ahogada. El estado de nervios que sentí en esos momentos es indescriptible. Sentía angustia y rabia por no poder hacer nada”, relata Verónica.

Y es que Verónica y Juan Manuel todavía no son conscientes de lo que han vivido, apenas han tenido tiempo de pararse a pensar en todo lo ocurrido. La pareja tampoco esperaba encontrar tanta expectación por parte de la prensa a su vuelta a España. El teléfono no ha parado de sonar, llevan días atendiéndola amablemente. Han rechazado importantes sumas de dinero por aparecer en ciertos programas de televisión, porque ellos no quieren vender su historia, solo quieren contarla. “Hemos decidido no aparecer en ciertos programas de televisión para evitar el morbo”, asegura Verónica. 

Muchos medios han publicado información sobre ellos. La pareja está tranquila porque los periodistas les han tratado con respeto en todo momento. Sin embargo, no opinan lo mismo de algunos expertos que están facilitando información errónea a los medios. “Sentimos indignación porque hay algunas personas que aseguran que ciertas cosas que ocurrieron en el crucero son imposibles, pero solo nosotros sabemos que todo el caos que vivimos durante la evacuación del crucero fue real”.

Por su cabeza ahora pasan diferentes sensaciones. Después de una semana, empiezan a darse cuenta de la pesadilla que vivieron. Son conscientes de que han vivido algo histórico. Juan Manuel asegura que tuvieron la suerte y la desgracia de encallar cerca de la costa. Suerte porque el número de víctimas hubiera sido mayor si el crucero hubiera naufragado en medio de la nada, y desgracia porque si el Costa Concordia no hubiera pasado tan cerca de la costa no hubiera encallado.

Con respecto al comportamiento del capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, sienten vergüenza. Creen que es un cobarde por huir dejando atrás a miles de personas en el crucero. Lo mismo piensan de la tripulación del barco, que también desapareció. “Durante la evacuación, no vimos a nadie de la tripulación. Es indignante que no hubiera nadie para coordinar aquello ni nadie que nos ayudara a salir de allí”, recuerda Verónica. La pareja cuenta también que ni siquiera se realizó el simulacro legal durante las primeras 24 horas de estancia en el crucero que la ley exige. 

La pareja está en contacto con otros supervivientes españoles, y está a la espera de iniciar acciones legales contra la naviera. Por el momento, la Organización de Usuarios y Consumidores (OCU) les está asesorando y en breve se creará una plataforma de afectados.

Viernes, veinte de enero. Esta noche es diferente. Verónica y Juan están con su familia disfrutando de una agradable cena familiar en su casa de Cartagena. De momento, parece que la pareja no tiene intención de volver a subirse a un barco. Quizá vuelvan a hacer una segunda luna de miel pronto, quién sabe.

Inmaculada Reinoso

1 comentario:

Diario de estudiantes de periodismo dijo...

Esto fue un desastre, comandado por un inadaptado. Como la empresa permite estos personas, acaso no habia ningun control?

En este Diario online vi una nota en portada, que el tipo se la paso de fiesta, que linda noticia cuando me entere... en fin indignado.